Persona – Vida cotidiana

Comunicación efectuada en la Sesión Académica realizada en la Sala de Directorio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Conicet, en el marco de la Convocatoria Procuin : Presentación del Consejo Asesor. Exposición general.
14 de abril de 1992

DESIDERATA

Escenario 3

Persona – Vida cotidiana

Al imperativo de individuación resultante de los factores biológicos, la evolución del ciclo vital, los rasgos de personalidad, las manifestaciones de la conducta, las rutinas de la vida diaria, con extensión a las relaciones personales, sociales e institucionales corresponde el concomitante subsistema de Persona y Vida Cotidiana. Se propone una mirada analítica hacia ese espectro de gran escala con retención de representaciones institucionales a partir de cada objeto susceptible de observación.
Dadas las múltiples significaciones atribuídas a una gran variedad de objetos, se pretende obtener un orden de conceptos fundado en la jerarquía empírica de lo real.

Persona

  • En este vastísimo campo introductorio que comprende a todos los humanos, sugerimos empezar por observar selectivamente el curso del ciclo vital, desde el nacimiento hasta la muerte, por entender que las acciones recíprocas entre personalidad y cultura se filtran en cada uno de los momentos decisivos de la vida individual. Puede decirse con propiedad que la historia vital de los argentinos se traduce en el desarrollo del “individuo en la cultura” y es un condensado de la “cultura en la persona”. En este espacio fascinante interesa discernir cada uno de los momentos de la vida en la historia de los individuos: nacimiento y apertura al misterio de la vida; infancia y confianza o desconfianza; primera niñez con autonomía o dependencia; edad del juego, signada por la iniciativa o la culpa; edad escolar como tiempo de competencia o subordinación; adolescencia, marcada por la identidad o la confusión; juventud como tiempo de intimidad o aislamiento; edad adulta, como expresión de fecundidad o inactividad; vejez, en el seno de la entereza o la desesperanza.
  • Tomando lo abstracto por lo concreto, proponemos penetrar en la personalidad de los argentinos observando las características permanentes, aunque no comunes, de las múltiples individuaciones, según respondan a los contenidos de la personalidad adquirida, cimentada en su desarrollo por los componentes de la personalidad básica. Por aplicación de la primera, interesaría registrar estereotipos de personalidades que coexisten en culturas diferentes. Por aplicación de la segunda, procedería la observación de estereotipos compartidos por un número importante de individuos que exhiben culturas similares. En este campo interesaría precisar las motivaciones particulares, las “fuentes de inquietud”, las “reacciones defensivas” y tantos otros factores relevantes que intervienen en la construcción de la personalidad del argentino actual. Y no sólo interesa el conocimiento del sí mismo sino la percepción del otro, con sus características, cualidades y estados internos, en virtud de los cuales cada uno pondera sus impresiones y “juzga” a los demás.
  • Sin solución de continuidad interesa mirar el núcleo parental -pareja, matrimonio, familia-, en su fluencia y transformaciones, presentándolo como el laboratorio primario de la formación de la personalidad, en marcos institucionales definidos en términos de autoridad o libertad. Entre las mutaciones más notables que hoy soporta el núcleo parental cuentan los lazos de parentesco, sometidos al permanente examen de méritos y sujetos a los imperativos de los nuevos tiempos. En directa conexión interesa focalizar a padres, madres e hijos, conformando uno de los componentes culturales más complejos y menos logrados de la cultura nacional. En ese espacio poco sólido y tan incierto, sugerimos registrar distintos estados de tensión desagregados en colectivos genéricos tales como viabilidad estructural, criterios de autoridad, clima emocional, grado de estabilidad, formas de socialización.

Vida cotidiana

  • Las estructuras de personalidad conducen a las actividades biológicas de sustento, asociadas a la vida cotidiana en lo específico y a la cultura global en lo genérico. ¿Qué usos y costumbres, estilos y normas, se entrecruzan en los diferentes niveles de simbolización a que da lugar la vida de los argentinos?. La casa y el trabajo constituyen puntos de partida satisfactorios para analizar los estilos de vida en el marco de las distintas expresiones culturales. Aquí cuentan los hábitos y rutinas de alimentación, reposo, higiene y sanidad; en tanto que tendencias identificadas o contrapuestas con las distintas expresiones de la cultura individual. En un contexto de sociedad moderna donde cuentan los problemas de la cultura de masas, no debería faltar la referencia al consumo de bienes y servicios, definitorio al tiempo de analizar el estilo de vida de los argentinos. Estilo de vida que comprende los patrones de conducta deliberadamente preparados y las preferencias individuales ante el perseguido bienestar.
  • Entre los campos culturales transitados por los argentinos, habría que privilegiar la observación del segmento comunicacional en cuatro de sus formas preferentes. Por un lado, la actividad verbal productora de información en forma hablada y el lenguaje escrito con todas sus potencialidades sémicas. Por el otro, la comunicación gestual, producida por los signos, señas y gestos que distinguen a las personas según sus distintas pertenencias culturales. Se hace presente, además, la comunicación grupal, por la influencia no desdeñable que las normas del conjunto, aceptadas o resistidas, ejercen sobre las actitudes y opiniones de los individuos. Finalmente, deberían considerarse los dispositivos de la comunicación de masas, como la radio, el cine, la televisión, la prensa y los medios electrónicos, toda vez que son puestos al alcance de inmensas mayorías integradas por públicos heterogéneos y dispersos. Las cuatro formas de comunicación propias de los humanos, aunque son puestas en lugar preferencial, no son exclusivas ni excluyentes de otras formas interactivas en sede cultural.
  • Por último, importa precisar el uso que hacen los argentinos del tiempo libre, trascendiendo las rutinas de la vida diaria, las exigencias primarias, las obligaciones profesionales, los deberes sociales. Un lugar relevante es ocupado por los vínculos personales, el entretenimiento distrativo o el ocio entendido simplemente como el “no hacer nada”. Si bien el tiempo libre en la sociedad de masas presupone, dialécticamente, trabajo y ocupación, no podemos excluir la consideración del ocio “aristocrático y cortesano” de los antiguos -hoy prácticamente inexistente- que contribuyó no poco al refinamiento de la cultura humana. En cualquiera de sus modalidades, la producción del tiempo libre trata de “fomentar las potencialidades humanas no dirigidas, para liberarse de las coerciones que interfieren el ritmo biológico natural”. En este rubro interesaría incursionar en las funciones positivas y negativas del tiempo libre, asociadas a las actividades desarrolladas en conexión con la escala de valores de cada uno.

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Dibujado el marco general de gran alcance, corresponde dirigir la mirada hacia colectivos de reducido espectro y alta especificidad, vinculados a las representaciones institucionales pero desagregados del conjunto.

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En oportunidad de disponerse la contratación de los trabajos con cada especialista-sintetizador, la Hoja de Consulta y el Cuestionario se ajustarán a baterías de preguntas específicas, a fin de alcanzar una comprensión científica de las pautas de institucionalización más representativas del rubro cultural en ejecución.

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Corresponde al cap. 8 La reconstrucción de escenarios institucionales, en libro del autor El futuro también importa (…)